Red Peruana contra la Pornografìa Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

miércoles, 10 de octubre de 2007

El "Ciberbullying" o acoso entre menores de edad por medio de las Nuevas TICs

¿Qué es el Ciberbullying?

Por cyberbullying se entiende cualquiera de las posibilidades de uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para hostigar con ensañamiento a su víctima. Belsey define el Ciberbullying como el uso de algunas Tecnologías de la Información y la Comunicación como el correo electrónico, los mensajes del teléfono móvil, la mensajería instantánea, los sitios personales vejatorios y el comportamiento personal en línea difamatorio, de un individuo o un grupo, que deliberadamente, y de forma repetitiva y hostil, pretende dañar otro (Belsey, 2005).
En este sentido, José Mª Avilés autor de un estudio sobre el fenómeno del maltrato entre iguales en el ámbito escolar (Bullying) afirma que los agresores o bullies experimentan nuevas formas de agredir o humillar a sus víctimas en las nuevas tecnologías, ya sea en forma de amenazas por el móvil, mensajes vejatorios, o la creación de una página Web con el único objetivo de desprestigiar a un compañero (La verdad, 5/10/2004).

El Ciberbullying y las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones

Las herramientas disponibles en Internet ayudan a la propagación de este comportamiento favoreciendo el anonimato del agresor, convirtiendo, si cabe, el acoso escolar en red, en algo más dañino que la agresión cara a cara. Podemos afirmar que el acoso escolar "tecnologízado" comparte las características propias del Bullying: es intencionado, se establece una relación asimétrica de control y poder sobre el otro, es repetitivo o continuado; pero también presenta particulares que lo diferencian de otras formas de acoso presencial y directo:

Características del Ciberbullying

  • Exige el dominio y uso de las TICs.
  • Se trata de una forma de acoso indirecto.
  • Es un acto de violencia camuflada.
  • El desconocimiento del agresor magnifica el sentimiento de impotencia.
  • Recoge diversos tipos o formas de manifestar el acoso a través de las TICs.
  • Desamparo legal de estas formas de acoso, ya que aunque cierren la Web, puede abrirse otra inmediatamente.
  • El acoso invade ámbitos de privacidad y aparente seguridad como es el hogar familiar, desarrollando el sentimiento de desprotección total.
  • El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.

Modalidades del Ciberbullying

A nuestro entender, existen dos modalidades de Cyberbullying:

  • Aquel que actúa como reforzador de un bullying ya emprendido, en cuyo caso la víctima acosada en red conoce a su agresor, ya que coincide con el hostigador presencial; y
  • El cyberbullying sin antecedentes, en el cual la víctima comienza a recibir e-mail acosadores, amenazas al móvil, grabaciones de persecuciones, fotos manipuladas, todo ello acompañado del desconocimiento de la identidad del agresor y de los motivos que pudieron desencadenar el acoso, lo que le lleva a desarrollar una impotencia e indefensión inigualables. En ocasiones, después de un tiempo de recibir este tipo de acoso, el "cyberagresor" decide completar su obra con una experiencia presencial, dando la cara.

Efectos del Ciberbullying en la víctima

A pesar de los escasos estudios, y que se desconocen empíricamente los efectos del acoso "teconologizado", las primeras tentativas trasladan los efectos del Bullying presencial al virtual. De modo que se podrían señalar entre otros efectos de las víctimas de acoso escolar, los siguientes:

  • problemas de adaptaciones escolar y social,
  • una autoestima altamente dañada,
  • problemas de rendimiento escolar,
  • miedo,
  • angustia,
  • ataques de ansiedad, e
  • intentos de suicidio.

Sobre la víctima

Entendemos por victima a un alumno que ha sido expuesto de forma continuada y repetida a las agresiones de uno o varios compañeros. Generalmente las víctimas suelen ser personas con baja autoestima, relaciones interpersonales inseguras, poco populares, físicamente poco atractivas, suelen estar solos y tienen poca vida social con sus iguales.
Según Fernández (1998, 53) "La victima se siente indefensa, en muchos casos culpable. Entiende que el/ella ha hecho algo mal, se lo merece puesto que nadie le apoya. Su aislamiento psíquico, su falta de comunicación, el desconocimiento de éstos sobre los hechos, la falta de solidaridad entre compañeros, socavan la fuerza de la víctima". En cierto modo, llega un punto en la que la víctima se siente incapaz de salir del bullying, cree que es su culpa y merece las humillaciones de sus agresores. No todas las victimas presentan el mismo comportamiento, pudiendo diferenciar claramente entre la víctima pasiva, anteriormente expuesta, y la victima provocadora "que se caracterizan por una combinación de modelos de ansiedad y de reacción agresiva. Estos alumnos suelen tener problemas de concentración y se comportan de forma que causan irritación y tensión a su alrededor" (Olweus, 1998). También se contempla otro tipo de víctima-agresor que trata de demostrar al grupo de iguales que no es un cobarde agrediendo a otros más indefensos, de modo que es víctima de sus agresores y agresor de otras víctimas.

Efectos del Ciberbullying en el agresor

Sin embargo, los efectos del bullying no son exclusivamente dañinos para víctima, sino que el propio agresor entra en un círculo vicioso del que resulta difícil escapar, y es precisamente, esta propia dinámica de agresión la que va destruyendo poco a poco su vida, lo más profundo de su personalidad: los valores que lo constituyen como persona. El estudio de la American Medical Association sobre el bullying en los jóvenes (2002) pone de manifiesto algunos de los efectos del bullying tanto para los agresores (conducta antisocial o predelincuente, uso frecuente de drogas, vandalismo, más probabilidad de beber y fumar) como para las víctimas (depresión, ansiedad, soledad, dificultades escolares, fracaso escolar).

El Ciberbullying y la Internet: efectos y alcances

No obstante, a pesar de compartir efectos similares a los del bullying, de las entrevistas a familiares y víctimas del Cyberbullying se deriva que los daños causados son mayores, pues Internet garantiza el anonimato del agresor, convirtiéndolo en un fantasma que esta destrozando, cruelmente, la vida de otros adolescentes y dificultando, enormemente, los mecanismos de respuesta o protección hacia este tipo de humillaciones. Nancy Knight (2005), la madre de un adolescente víctima de Cyberbullying se refirió a este fenómeno como una forma cobarde de acoso escolar, es como ser apuñalado por la espalda y no tener ninguna manera de descubrir quiénes son o cómo defenderse de lo que dicen. El cyberbullying al tratarse de una forma de acoso indirecto y no presencial, el agresor no tiene contacto con la víctima, no ve su cara, sus ojos, su dolor, su pena, con lo cual difícilmente podrá llegar a empatizar o despertar su compasión por el otro. El "cyberagresor" obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño ocasionado en el otro, ya que no puede vivirlo in situ.
Una de las características de la conducta online es que yo no puedo verte, pero tú tampoco puedes verme. Además, Internet despierta en algunos jóvenes el sentimiento de que no existen normas, reglas, ni moralidad que regule la vida en la red, de manera que se liberan extremadamente para lo bueno y para lo malo. La red ofrece las mismas paradojas que nos brinda la sociedad, de modo que podemos encontrarnos con comunidades virtuales solidarias y de apoyo a los más necesitados, así como a los más perversos agresores de niños (pederastas, cyberagresores escolares, acosadores sexuales, estafadores, etc.).
Por otra parte, la sensación de superioridad del agresor se magnifica ya que su acoso deja de ser sincrónico, para convertirse en un acoso asincrónico, es decir, supera las barreras espacio-temporales. Se trata de una acción de acoso que no caduca, que perdura en el tiempo y que supera la neolocalidad, pues se hace público mundialmente. Los efectos de este Cyberbullying son sumativos a los que ya padece la víctima de acoso escolar habitual, pero también amplifican e incrementan los daños, dada la apertura mundial y generalización del acoso a través de las páginas Web. En definitiva el ciberbullying persigue la misma finalidad que el acoso entre escolares: agredir, intimidar y someter al otro, pero en este caso, la meta se alcanza mucho más rápido.

Características de los Ciberagresores

Antes de adentrarnos en las características específicas y el estilo de vida de los ciberagresores, se considera necesario partir del concepto de bully o agresor. Según el diccionario de la real academia española agresor es aquel que desempeña el acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. El agresor o ciberagresor, experimenta el deseo de manifestar su superioridad y dominio (abuso de poder) dañando a alguien (amenaza, agresión verbal, humillación, etc.). Acto que se repite sucesivas veces por el placer que éste suele causarle. En un análisis reciente del perfil del alumnos agresor (Sevilla y Hernández, 2006), se puso de manifiesto que los actos de agresión suelen ser mayores en los chicos que en las chicas, aunque éstas intervienen de forma indirecta prefiriendo el uso de las TICs; es propio de adolescentes aunque los limites de edad están experimentando modificaciones en ambos sentidos; no necesariamente se tratan de alumnos con trastornos psicológicos; generalmente no obtienen buenos rendimientos académicos; suelen presentar problemas conductuales en sus casas, a pesar de que se sienten a gusto y no se tratan de contextos familiares marginales o de riesgo; algunos de ellos presentan un diálogo familiar deficiente y gozan de poca o ninguna confianza con sus padres.
Además de estas características propias de los agresores, los cambios sociales afectan en mayor o menor medida en los estilos de vida, promoviendo diferencias entre unas y otras generaciones. Los quinceañeros actuales poco se parecen a los adolescentes de antaño. Entre sus características cabe destacar su capacidad y dominio ante las nuevas tecnologías. La mayoría de los jóvenes se sienten atraídos hacia Internet y otras tecnologías como teléfonos móviles, dvd, videoconsolas, cámaras digitales, webcam, etc. Estas tecnologías son herramientas de socialización y como tal se convierten, para bien o para mal, en un elemento decisivo y diferenciador en sus relaciones interpersonales, así como en sus capacidades. Como señala, Moncencahua (2005) tanto los jóvenes del siglo XXI, como los adultos del siglo XX utilizan herramientas de comunicación, en el caso de los primeros, informáticas (PDA´s, portátiles y televisión digital), no informáticas (telefonía fija y móvil), y mediáticas (televisión, radio y prensa), mientras que los adultos están más acostumbrados y dominan mejor las herramientas mediáticas.
Los auténticos protagonistas del ciberbullying son adolescentes familiarizados en las TICS, una nueva generación que han nacido con las tecnologías y que se caracterizan por:

  • No sólo viven en una sociedad red, sino que hacen de su comportamiento la máxima expresión de la misma,
  • Pertenecen a comunidades virtuales,
  • Crean sus propios espacios personales en la red (weblogs, wikis, páginas web personales..),
  • Utilizan servicios comunicativos sincrónicos como la videoconferencia, la voz por IP, la mensajería instantánea, el chat…
  • Son jóvenes que poseen capacidades de exploración integrada de la información, habilidades para realizar múltiples tareas de manera simultánea, habilidades para procesar información discontinua, o simultánea en palabras de Simone (2000), y por tanto, una forma no secuencial de aproximarse al conocimiento.

Se trata de adolescentes que "pueden pasar horas pegados a las computadoras sin ser conscientes del paso del tiempo" (Edel, 2006). Algunos habla de adicción, otros califican a este hecho como falta de autocontrol, independientemente de este debate terminológico, las nuevas investigaciones destacan la reclusión de los adolescentes en el hogar, promoviendo lo que se a dado a conocer como "cultura de la habitación" para referirse a aquellos adolescentes que disponen de todos los recursos tecnológicos necesarios (televisión, móvil, ordenador, conexión a Internet y videojuegos) para permanecer durante horas encerrados en la habitación sin vínculos sociales (Feixa, 2005). Gracias a esta cultura de la habitación ampliamente dotada e tecnología y al derecho a la intimidad que tanto veneran, los adolescentes pueden hacer y deshacer en su cuarto sin que sus padres sean, realmente, conscientes de los usos adecuados o inadecuados que pone en práctica.
Ahora bien, no todos los adolescentes que tienen este dominio de la red están cometiendo este tipo de delito: maltrato entre iguales en la red. El cyberagresor además de esta vertiente tecnológica, presenta características propias de los típicos agresores escolares, entre las que conviene destacar: edad, genero, constitución física, liderazgo, trastornos psicológicos, incapacidad de autocontrol, no saben gestionar adecuadamente sus conflictos, se cree autosuficiente, poco empático (nos e siente culpable de su acción), relaciones interpersonales inadecuadas desde el patrón de dominio-sumisión, malintencionada ya que cree que todos van en su contra, locus de control externo, inmediatez de las recompensas, problemas conductuales y de indisciplina en el centro escolar,… Aunque resulta difícil generalizar los motivos que impulsan a un adolescente a convertirse en acosador, la mayoría de agresores y testigos del Bullying o Cyberbullying, tienden a relativizar e infravalorar las consecuencias de sus acciones, considerándolas meramente como una "broma pesada".
La diversidad de estudios sobre el maltrato entre escolares, establecen una diferencia clara entre los agresores de género masculino y femenino, de modo que las chicas tienden a recurrir a formas de agresión indirecta con sus víctimas, mientras que los chicos suelen cometer, en mayor medida, agresiones de forma directa. Por agresión indirecta o psicológica se entiende todas aquellas formas de humillación como lanzar rumores, bromas pesadas, burlarse de alguien, rechazo escolar, entre otras, mientras que la agresión directa hace referencia a los insultos, peleas, agresión física, y amenazas (Hernández, 2004). Sin embargo, esta nueva modalidad de acoso "tecnologizado" se caracteriza a priori por el anonimato, y no existen evidencias empíricas significativas, por el momento, que desvelen distinciones en cuanto al género. Los mensajes vejatorios por el móvil, por mensajería instantánea o en una Web, suelen ser empleados tanto por los chicos como por las chicas. En lo que respecta al tipo de agresión podría incluirse tanto en las directas como en las indirectas, dependiendo de la vía empleada y del contenido del acoso.

Tipos de acoso escolar en red

Existen distintas vías o mecanismos de acosar en red a otro compañero. En este sentido, Bill Belsey presidente de www.bullying.org y www.cyberbullying.ca, contempla los siguientes tipos de "cyberacoso": a través del correo electrónico; del teléfono móvil con los mensajes de texto o mensajes multimedia; a través de la mensajería instantánea; Weblogs difamatorias; Web personales. El tipo de agresiones que pueden darse varían desde llamadas amenazantes, mensajes de texto o envíos de material gráfico desagradable hasta la divulgación de alguna foto o filmación embarazosa de la víctima, el denominado 'happy slapping'. Según Fante (2005) los jóvenes usan weblogs, redes sociales y sistemas de mensajería instantánea para intimidar a sus compañeros, siendo la difusión de fotografías retocadas para ridiculizar a las victimas uno de los métodos más empleados. Estas son distribuidas masivamente y a veces indicando la identidad de aquel que es sometido a la humillación para acrecentar el impacto. A continuación, profundizaremos y ejemplificaremos algunos de estas formas de cyberbullying.

a. Vejaciones por correo electrónico

A modo de ejemplo, se ha recuperado de la red un caso de cyberbullying de una muchacha de 14 años: «hola zorra... hoy vacilaste a una amiga mía y mira, con ella no te metes!!! Ten cuidadin entiendes!!! mira mocosa m imagino que habrás escuchado hablar de mi... yo voy con navajas y peña entendido?? así que espero que nadie me hable de ti... porque como diga algo sobre ti te juro que te violo y te mato». Generalmente, se puede averiguar la cuenta de e-mail desde donde se enviaron los mensajes, pero difícilmente se puede conocer quién la utilizó realmente.

b. El teléfono móvil para acosar

Esta modalidad de cyberbullying adopta diversas formas, la más tradicional son las llamadas: múltiples llamadas silenciosas; llamadas a horarios inadecuados; lanzar amenazas, insultar, gritar, mensajes aterrorizantes, llamadas con alto contenido sexual; llamar y colgar sucesivamente interrumpiendo constantemente. Otras formas de acoso son los mensajes de texto, mensajes hipertexto con imágenes, grabaciones de video o mensajes de voz, que pueden dar lugar a diversas, creativas, nuevas e insospechadas formas de agredir.

c. Desprestigio en la Web

Requiere mayor dominio de las TICs, pues además del diseño de web personales, es necesario saber colgarla en Internet y suplantar una IP de otro ordenador, para garantizar el anonimato. Lo más común es que la mayoría de los alumnos del aula conoce la Web y se burlan de la victima que desconoce lo sucedido, aunque al final acaba enterandose de la humillación. En la web también se pueden incluir sistemas de votación para elegir al más feo, al más tonto, al más débil, contribuyendo una forma más de estigmatizar y humillar a los compañeros.
Para finalizar, por similitud al fenómeno Bullying, entre los parámetros de estudio del fenómeno ciberbullying se contempla también la percepción de ayuda que han recibido las víctimas de este tipo de acoso. En este sentido, los estudios sobre el maltrato entre iguales desvelan que los niños tienden a enmascarar este suceso, y entre los que deciden comunicarlo a terceras personas, prefieren recurrir a un amigo, a sus padres y en ultima instancia al profesor (Defensor del Pueblo, 2000). En el ciberbullying, en el 11 y el 17 por ciento de estas situaciones de acoso «no interviene nadie», mientras que entre el 9 y el 38 por ciento de los casos intervino algún compañero y entre el 1 y el 5 por ciento algún profesor (Orte, 2006). En ambas modalidades de acoso escolar entre compañeros la ayuda recibida por terceros es bastante escasa.

¿Cómo afrontar el ciberbullying?

Recientemente, el "Center for Safe and Responsible Internet Use" (2006) ha elaborado una guía dirigida a padres sobre cyberbullying, con la intención de poder ayudarles a prevenir que sus hijos se conviertan en víctimas de sus compañeros. Esta guía comienza narrando historias reales de niños que han sido víctimas de diversos tipos de cyberbullying, exponen algunos de los riesgos de Internet (contenido altamente sexual, suicidio y comunidades de autolesión, bandas, sectas y fomento de la violencia), analizan algunos de los motivos por los cuales los padres permanecen ajenos ante esta realidad y ofrecen las siguientes orientaciones de tipo preventivas y correctivas:

Medidas preventivas

  • Hablar con sus hijos sobre los valores y el comportamiento ético de sus compañeros
  • Informar a los hijos de las consecuencias negativas, tanto para la víctima como para el agresor, de llevar a cabo situaciones de bullying o cyberbullying
  • Escuchar y orientar a los hijos en sus problemas y preocupaciones, buscando siempre aquello que enriquece personalmente y humanamente al adolescente
  • Informarles y prevenirles de los aspectos negativos de las relaciones online con desconocidos
  • Los padres de niños que por sus condiciones personales se encuentran en riesgo de convertirse en victimas, deben estar especialmente atentos e informados del maltrato escolar
  • Prevenirles de los riesgos de divulgar online o presencialmente información personal
  • Preguntarle si conoce algún caso de cyberbullying cercano y exponerle algunas noticias o casos reales para debatir en familia

Medidas correctivas

  • No destruir las evidencias del cyberbullying (mensajes de texto, web, etc)
  • Tratar de identificar al ciberagresor (averiguar su IP, recurrir a especialistas en informática y a la policía)
  • Asegurar a tu hijo que el cyberbullying va a cesar
  • Hacer a tu hijo fuerte emocionalmente para que ignore el cyberbullying
  • Contactar con la compañía del medio que se ha empleado para cometer el acoso (compañía de teléfono, el dueño del dominio o sitio de la web,…)
  • Informar a la escuela, director y al orientador del centro, para recibir el apoyo necesario
  • Contactar con los padres del agresor
  • Recurrir a organizaciones especializadas en acoso escolar
  • Denunciar el acoso a la policía

Otro aspecto importante en la prevención de estos fenómenos, es conocer los síntomas que manifiesta la víctima, para poder reconocer y detectar si nuestro hijos es objeto de las humillaciones y acoso de sus compañeros. Después de todo lo dicho, algunos lectores tomaran este texto como un ataque desmesurado hacia las tecnologías concretamente hacia Internet. Nada más lejos de nuestras intenciones. No se trata de hacer demagogia de lo tecnológico, pero el desarrollo tecnológico debería ir acompañado del desarrollo ético que favorezca un uso adecuado y saludable de las mismas. Tampoco se trata de "demonizar" la tecnología, lo cual sería absurdo. Más bien, reivindicamos una actuación pedagógica que propicie la interacción con las TIC desde un plano realmente educativo, constructivo, relacional y ético.
Por todos es sabido que no existen recetas mágicas, pero si un joven se siente amenazado, presencial o virtualmente, Díaz Aguado (2004) señala que debe acudir en busca de apoyo a familiares o a un profesor de confianza, ignorar al grupo de agresores en la medida que pueda y no responder a las agresiones con más violencia. Por ello, en esta comunicación se ofrece una serie de orientaciones o propuestas educativas de interés tanto para las familias como para las escuelas que permitan desarrollar actuaciones de prevención del acoso a través de la red.

Fuente: http://www.cibersociedad.net/